Conversando con el tiempo

Julio, mes de sueños, de fragilidad, armonía, de brisas, de música.

Mariposas de alas de un color azulino que vuelan por los jardines del abuelo, entre los pétalos de las rosas.

Conversando con el tiempo, me invaden los aromas de la infancia, me transporto a aquellos primeros versos.

Aquella primera mirada ante el espejo color rosa, instante donde el alma se refleja ante la nada y todos los espacios.

Donde soy tan de nadie, tan de todos, tan de mí… sintiendo la delicadeza del alba, mirando de lejos a la silla de las esperas, esperándome.

Desenredé a la lengua y con ella descosí a los labios que finalmente fueron libres, mimándose en la oración.

Abracé en las esquinas, a los azares que finalmente reconocieron nuestros reencuentros.

Toqué la gloria, con cada instante de felicidad que la vida me regaló y los guardé en el mejor pasadizo de la memoria y agradezco por ello.

Hoy mis hortensias azules lucen hermosas, mis pinos del Monte De La Cruz acarician los balcones del cielo. Y mi lluvia como aguacero, refresca mis sentidos y me inspira por siempre.

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