Todos caminan...
- Lilly Reiss
- 23 feb 2017
- 1 Min. de lectura

Todos caminan
de a dos, de a tres, de a uno…
Con los cansancios arremangados,
con frases,
que van cayendo unas sobre otras,
enmarañándose sobre sí mismas.
Todos caminan,
con la protección de algún guardián.
Con el aire
que los va compadeciendo.
Con la victoria
amalgamada a la voluntad.
Y con algún olor,
que no deja en paz, a la memoria.
Con la confraternidad
de aquellas buenas esquinas
que se dejan dar la vuelta,
a merced de aquellos ecos
¡sótanos del alma, que se desvelan,
entre los telares del ensueño…!
De a dos, de a uno, de a tres…
Y de alguna mariposa,
que se engancha en el camino.
Cada cual
se reinventa como puede,
cada quién,
dibuja su propio vitral.
Cada uno,
contabiliza sus culpas,
cada cual,
logra desdoblar su espiral,
y mirar
entre los repliegues
su esencia…
Otros,
abren lentamente
los taburetes…y algunos…
simplemente los penden,
de algunas azoteas.
El tiempo prefiere
voltearse
a la acera de enfrente.
¡Y la luna, simula no mirarlo!
La niña,
que alguna vez lloró granizo
regala geranios descalza,
a la entrada de la evocación.
Con una falda
a cuadros más grande.
Con el sombrero negro.
Y la chalina de seda,
color tinto del abuelo.
Se inventa de lluvias
para mojarse los pies.
¡Y ríe con el goce del recuerdo!
Se siente libre,
para entender
que se salva escribiendo.
Que también desea,
peca
y agradece por eso…
Sin dejar de recostarse
en los albergues
de la exaltación…
Secuestrando su imaginación,
para no morir.
Mientras la noche se suicida.
Al ser cómplice
del irreverente beso,
que le secuestra
el demonio al ángel,
en el rincón
más oscuro del espejo.
¡Los árboles,
tienen la misión de sostener el cielo…!
Y la suerte acompaña
a los de a tres, a los de a dos.
Y a los de uno,
los cita
a la vuelta de la esquina…
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